Todos pueden acostumbrarse rápidamente a unas lentes progresivas adaptadas
Se componen de tres zonas de visión invisibles, cuya transición posibilita una visión nítida de cerca a lejos en una única lente. Las lentes progresivas son un ejemplo de la tecnología óptica avanzada. Una vez están adaptadas al usuario, ofrecen una excelente satisfacción. Sin embargo, en algunas ocasiones el usuario necesita algo de entrenamiento para acostumbrarse a las lentes progresivas.
La consulta profesional con un óptico es un requisito indispensable
La prioridad máxima es el asesoramiento personal con el óptico. Cada uno de nosotros es una persona única, del mismo modo que lo son nuestros ojos y antecedentes visuales. Es por ello que un buen óptico se asegurará de conocer sus necesidades individuales. Le preguntará, por ejemplo, detalles relativos a su trabajo y sus aficiones para hacerse una idea de sus hábitos de observación. También es importante su postura y la forma de su cabeza.
La precisión en la evaluación de la visión tiene una especial función a la hora de garantizar el funcionamiento adecuado de las lentes progresivas. No solo se mide cada ojo por separado, sino que también se evalúa la visión binocular a fin de determinar la potencia de lente necesaria. Solo mediante este proceso se puede determinar la potencia de lectura y de lejos adecuadas.
Asimismo son necesarias mediciones de ajuste. Para un funcionamiento óptimo de la lente, el centro de la pupila debe estar alineado con el centro de la lente graduada. En el caso de lentes progresivas más sofisticadas, pueden ser necesarias mediciones adicionales.
Los usuarios principiantes necesitan tiempo para acostumbrarse a sus nuevas gafas.
Pero no se preocupe, son pocos los que no consiguen adaptarse a las lentes progresivas modernas. La tecnología se ha desarrollado de manera continua. Aun así, el usuario necesitará algo de tiempo para acostumbrarse a las lentes progresivas. Los ojos y el cerebro deben aprender a adaptarse a las diferentes potencias de refracción de las lentes progresivas. Aquí tiene un ejemplo: Cuando una persona con gafas sube por las escaleras, mirará a través de la parte inferior de sus gafas progresivas; sin embargo, esta parte de la lente está ajustada para una distancia de lectura de unos 40 centímetros. Las escaleras, por supuesto, están más lejos, por lo que se verán algo desenfocadas. Existen datos muy positivos: El sentido de la vista es, con seguridad, altamente complejo, pero también muy adaptable. Es capaz de adaptarse a las nuevas condiciones en poco tiempo. Cuando sube las escaleras, el usuario simplemente inclina un poco la cabeza para ver las escaleras a través la zona de visión media o de lejos de la lente.